TE VOY A CONTAR UN CUENTO
Te voy a contar un cuento,
pero un cuento que es real:
Érase una vez un hombre
amargado de la vida
que no lograba alcanzar
la felicidad soñada.
Ni el entorno familiar
ni el círculo de amistades
le hacían olvidar
sus muchas penalidades.
Fracasó en su trabajo.
Fracasó en sus amores.
Su vida se vino abajo
plagada de sinsabores.
Era un cero a la izquierda.
Era un don nadie asqueado.
Un individuo cualquiera
por todo el mundo olvidado.
Era un tipo que soñaba
con ser feliz algún día.
Despertaba y se encontraba
con la realidad vacía.
Ya no quiso soñar más
y se encerraba en su mundo.
Sólo hacía deambular
cual si fuera un vagabundo.
Aprendió a fingir un poco
y puso escudo a su vida.
Prefirió pasar por loco
con la gente conocida.
Aprendió a pisar primero
haciendo daño después,
pero siguió siendo un cero
aunque viviese al revés.
Y la gente lo apartaba.
Huían de estar con él.
Pero él se aferraba
a su otro mundo fiel.
Nada hacía presagiar
que su entorno cambiaría.
Pero la felicidad
llamó a su puerta un día.
El hombre dejó pasar
a doña Felicidad.
Le preguntó qué quería.
Y doña Felicidad,
contestando su pregunta,
comenzóse a desnudar
y lanzó lejos su funda.
Doña Felicidad
tenía cuerpo de mujer,
y no quiso esperar más.
Se dió toda para él.
Esa mujer eres tú
y ese hombre soy yo
y todo nuestro cielo azul
nos cubrió con mucho amor.
¿Vamos ahora a permitir
que nuestros enfados tontos
nos impidan ser feliz?
¡Eso es cosa de locos!
Yo te quiero a ti, cariño.
Ya no puedo querer más.
Y… si sientes tú lo mismo…
¡no te rindas! ¡Dios dirá!
Sé que somos imperfectos.
Taparlo sería mentir.
Pero aún con los defectos
yo sólo te quiero a ti.
Se acerca el final del cuento.
De este cuento que es real.
De esta historia de ese hombre
amargado de la vida
que en ti consiguió alcanzar
…la felicidad soñada.
José Ramón Félix de la Rosa
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