¿Si te quiero, me preguntas?
«Sí, te quiero», te respondo;
y ¿qué me importa decirlo?
¡Si quererte es comprenderte!
¡Si quererte es admirarte!
Si quererte es ver la vida
como no la he visto antes.
¿Si te quiero, me preguntas?
¿No notas cómo me pongo
cuando me atrevo a decirlo?
Pues no quisiera perderte.
Y sí quisiera abrazarte.
Yo te quiero, de por vida,
como nunca quise antes.
José Ramón Félix de la Rosa
© Todos los derechos reservados
Te voy a contar un cuento,
pero un cuento que es real:
Érase una vez un hombre
amargado de la vida
que no lograba alcanzar
la felicidad soñada.
Ni el entorno familiar
ni el círculo de amistades
le hacían olvidar
sus muchas penalidades.
Fracasó en su trabajo.
Fracasó en sus amores.
Su vida se vino abajo
plagada de sinsabores.
Era un cero a la izquierda.
Era un don nadie asqueado.
Un individuo cualquiera
por todo el mundo olvidado.
Era un tipo que soñaba
con ser feliz algún día.
Despertaba y se encontraba
con la realidad vacía.
Ya no quiso soñar más
y se encerraba en su mundo.
Sólo hacía deambular
cual si fuera un vagabundo.
Aprendió a fingir un poco
y puso escudo a su vida.
Prefirió pasar por loco
con la gente conocida.
Aprendió a pisar primero
haciendo daño después,
pero siguió siendo un cero
aunque viviese al revés.
Y la gente lo apartaba.
Huían de estar con él.
Pero él se aferraba
a su otro mundo fiel.
Nada hacía presagiar
que su entorno cambiaría.
Pero la felicidad
llamó a su puerta un día.
El hombre dejó pasar
a doña Felicidad.
Le preguntó qué quería.
Y doña Felicidad,
contestando su pregunta,
comenzóse a desnudar
y lanzó lejos su funda.
Doña Felicidad
tenía cuerpo de mujer,
y no quiso esperar más.
Se dió toda para él.
Esa mujer eres tú
y ese hombre soy yo
y todo nuestro cielo azul
nos cubrió con mucho amor.
¿Vamos ahora a permitir
que nuestros enfados tontos
nos impidan ser feliz?
¡Eso es cosa de locos!
Yo te quiero a ti, cariño.
Ya no puedo querer más.
Y… si sientes tú lo mismo…
¡no te rindas! ¡Dios dirá!
Sé que somos imperfectos.
Taparlo sería mentir.
Pero aún con los defectos
yo sólo te quiero a ti.
Se acerca el final del cuento.
De este cuento que es real.
De esta historia de ese hombre
amargado de la vida
que en ti consiguió alcanzar
…la felicidad soñada.
José Ramón Félix de la Rosa
© Todos los derechos reservados
Veinticinco de diciembre,
Nochevieja, Año Nuevo.
Los días más importantes
y yo sigo aquí sin ti.
Soy el otro. El escondido.
El que no tiene derecho
a gozar de tu presencia.
El que no recibe besos
el día de Navidad.
El que se queda esperando
sabiendo que no vendrás.
Soy el tonto que te espera
para darte un par de besos.
Quien espera tu mensaje.
Quien necesita un «te quiero».
Quien te quiere. Quien te ama.
Quien te confiesa su amor.
Quien tiembla al rozar tu mano.
Ese tonto, sí, …soy yo.
José Ramón Félix de la Rosa
Todos los derechos reservados
©
He buscado tanto tiempo
sin encontrar el amor…
He sufrido tanto daño
andando entre sinrazón…
He ansiado tantas cosas
que la vida me negó…
que estaba desesperado.
Ya… ni yo… era yo.
Han castigado mi cuerpo
y yo he sentido dolor.
Han castigado mi mente
y yo perdí la razón.
Han castigado mi vida,
se ha marchitado mi flor.
Y yo perdí la esperanza
de alegrar mi corazón.
Pero un rayito de luz
mi camino iluminó.
Y me he cruzado contigo…
y la vida nos unió.
Contigo sí soy feliz.
Contigo siento el amor.
Contigo quiero vivir
para siempre, linda flor.
Contigo todo es distinto.
Todo es mucho mejor.
Y por fin he conocido
el más puro y bello amor.
Tú me llenas de alegría
y alegras mi corazón.
Quiero estar siempre contigo.
Eternamente… tú y yo.
José Ramón Félix de la Rosa
Todos los derechos reservados
© ®
Es un punto de tristeza,
de desdicha y de dolor.
Es un punto de esperanza
y es un punto de amor.
Es un punto de locura,
de no saber quién soy yo.
Es un punto de cordura,
de vivir sin ilusión.
Es un punto en hora punta,
a las ocho en el reloj.
Es un punto en horas bajas.
Es el punto del adiós.
José Ramón Félix de la Rosa
Todos los derechos reservados
©
Tararear una canción,
ir a un concierto de blus
o bailar un rocanrol,
¡qué triste si no estás tú!
Procurar un buen destino,
volar por el cielo azul,
caminar por los caminos,
¡qué triste si no estás tú!
Viajar de este a oeste
y del norte hacia el sur
conociendo a mucha gente,
¡qué triste si no estás tú!
En el paraíso estar
con eterna juventud
sabiendo lo que es amar,
¡qué triste si no estás tú!
José Ramón Félix de la Rosa
© Todos los derechos reservados
«De flores y espinas nace la poesía (amores y desamores)»
JR Félix de la Rosa
Tiempo hacía
que no sentía
mi corazón palpitar.
Mis manos
buscaban tus manos.
Mi mente,
cual un demente,
necesitaba soñar.
Mi cuerpo se estremecía
cuando miraba tus ojos
tras rozarnos piel con piel.
¡Qué noche pasé aquel día!
¡Qué momento más hermoso!
¡Tan dulce… como la miel!
José Ramón Félix de la Rosa
© Todos los derechos reservados
«De flores y espinas nace la poesía (amores y desamores)»
JR Félix de la Rosa
Un beso… en tu mejilla,
y un beso más… en la frente,
un mordisquillo en la oreja
pero más… no soy valiente.
Ese beso deseado,
beso de… amor y fuego,
que no me atrevo a pedir,
sólo es factible en sueños.
Pero no puedo quejarme
si no se cumplen mis ruegos
pues tengo esperanzas ciertas
de consumar ese beso.
Oníricamente amo.
Oníricamente beso.
Oníricamente hago
una realidad… mi sueño.
José Ramón Félix de la Rosa
© Todos los derechos reservados
Otra vez me siento triste,
solo, desamparado.
Felicidad, ¿dónde fuiste?
¿Porqué me diste de lado?
Tanto tiempo que ha pasado…
Tanto tiempo de amarguras.
Y el tiempo a mi me ha domado.
Sólo existo en conjeturas.
Igual da que en este mundo
muera uno que un millón.
Sólo soy un vagabundo.
¿Qué puedo arreglar yo?
Limosnas no puedo dar,
ni banquetes ofrecer.
¿No os basta con mi amistad?
Amor, ¿a quién le daré?
Inútilmente resisto
los ataques del sistema;
aunque ya los tengo vistos
sólo me traen problemas.
Antes yo era templanza,
y ahora que mi vida es limpia
solo tengo una esperanza…
mi querido amor… OTILIA.
José Ramón Félix de la Rosa
Todos los derechos reservados
©
Temí quedarme dormido
y que me atrapase el sueño.
No pretendía soñar.
No quise más ilusiones.
Pero de nuevo ha ocurrido.
Vuelve el sueño a ser mi dueño.
¿Voy a poder despertar
en mejores condiciones?
¿Es un sueño o es real
este presente que vivo?
Quiero pronto la respuesta;
que me den la solución.
Lo que vivo es mi ideal
aunque me sienta cautivo.
Hoy es mi vida una fiesta
que me alegra el corazón.
No me importa que este sueño
me atrapase eternamente.
Ciertamente te lo digo,
me está gustando soñar.
Quiero al sueño por mi dueño
aunque me nuble la mente.
Si soñando estoy contigo…
¡ya no quiero despertar!
José Ramón Félix de la Rosa
© Todos los derechos reservados
Del libro «De flores y espinas nace la poesía (amores y desamores)»
De JR Félix de la Rosa
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